viernes, 18 de marzo de 2011

Aekold Helbrass, Paladín de Tzeentch

Si tuviese que elegir una miniatura de mi colección como mi favorita, me costaría, pero finalmente sacaría orgulloso del maletín a mi Aekold Helbrass (el segundo, ya que el primero que tuve, de plomo, está mutilado en mi caja de restos). Lo he pintado y decapado innumerables veces, y probablemente vuelva a hacerlo pronto (cada vez que hago fotos a una miniatura me gusta menos cómo está pintada).

Este personaje aparecía en los libros del Caos (4ª edición) y Paladines del Caos (5ª edición), y cuando salió la sexta hicieron un refrito con sus reglas en la web de GW. Pero no volvió a aparecer hasta el Liber Chaotica, donde, con total desvergüenza, los de GW tomaron el relato de Gotthard del Paladines del Caos, y cambiaron el nombre de Gotthard por el de Aekold. En fin...

También aparece, por lo visto, en el Warhammer Online, de donde he extraído la información referente al Elíseo. Sin contar esta referencia en el Warhammer Online, se escribió muy poco sobre Aekold. He hecho una mini-recopilación y, como me encanta el personaje, he adaptado las reglas para la Octava edición:

Aekold Helbrass, Paladín de Tzeentch, tiene el más extraño de los regalos, el regalo del Caos conocido como Aliento de Vida. Por allí donde pasa Aekold, la hierba verdea y los prados se cubren de flores. Cuando camina por las arenas del desierto o sobre rocas pétreas, la vida florece por doquier a su paso. Los seres vivos que toca crecen con renovado brío y vigor. La madera muerta de puertas y bastones echa raíces en cuanto Aekold la toca. Las criaturas agonizantes recobran la salud sólo con su toque; tan grande es el poder del Aliento de Vida. Su poder es tan indiscriminado como poderoso. Al avanzar, Aekold deja tras de sí una estela de vida nueva, y todo lo que toca queda afectado por su poder. Aunque dar la vida es el regalo de Aekold, él mata a sus oponentes sin la menor piedad o consideración por sus vidas, pues sabe que toda vida no es más que una danza cambiante sin final, dictada por Tzeentch, el Señor del Destino.

Aekold Helbrass tiene su corte en el Elíseo, en la Ciudad Inevitable, en los Desiertos del Caos. El Elíseo es un antro de corrupción en el que se venera al Arquitecto del Destino, y sólo Aekold y sus sirvientes predilectos entran allí. La vida rebosa en el lugar gracias al misterioso regalo del Aliento de vida. Se retiró al Elíseo hace siglos, cuando rindió su alma al que cambia las cosas, y lo abandona únicamente para cumplir la voluntad de Tzeentch y marchar a la guerra hacia el sur. Aunque ahora es una horrible y retorcida parodia del guerrero que fue, Aekold Helbrass aún guarda una similitud con la orden de guerreros sagrados a la que perteneció hace miles de años en la lejana tierra de Hoeth, y es un maestro en el manejo de su gran espada a dos manos, Windblade. Su traición es una mancha en el honor de los Maestros de la Espada de Hoeth, y a lo largo de los siglos han intentado acabar con él sin éxito, pues Aekold vivirá hasta el Fin de los Tiempos para glorificar a Tzeentch.

Puedes incluir a Aekold Helbrass en un ejército de Guerreros del Caos, cuyo coste deberá deducirse del 25% reservado para Héroes. Debe incluirse tal y como se presenta, y no puede equiparse con otros objetos mágicos o regalos del Caos. Si incluyes a Aekold Helbrass debes incluir al menos una unidad de guerreros del Caos o Elegidos con la marca de Tzeentch.




M
HA
HP
F
R
H
I
A
L
Aekold Helbrass
5
8
4
5
4
2
8
4
8

Coste: 275 puntos
Armas y armadura: Aekold Helbrass lucha con Windblade, la Gran Espada del Viento, y se protege con una armadura del Caos.
Marca del Caos: Aekold Helbrass porta orgulloso la marca de su dios patrón, Tzeentch.

Reglas especiales: La voluntad del Caos, El ojo de los Dioses

Aliento de vida: El Aliento de Vida es el regalo y la maldición de Tzeentch, y garantiza la vida eterna a Aekold y a quienes se encuentren cerca. Allá por donde pasa, la vegetación brota y la vida florece. Incluso puertas y bastones echan ramas y raíces. Proporciona a Aekold Helbrass una tirada de salvación especial de 4+ (que combinada con su marca de Tzeentch se convierte en 3+ especial).

La Orden del Elíseo: Aekold sólo puede unirse a una unidad de guerreros del Caos o Elegidos con la marca de Tzeentch, su Orden del Elíseo, y ningún otro personaje podrá unirse a esa unidad. Gracias al poder del aliento de vida, tendrán una tirada de salvación especial de 6+ (que combinada con su marca de Tzeentch se convierte en 5+ especial)

Objetos mágicos:
La Gran espada del Viento (Arma mágica): La Gran Espada del Viento es la espada a dos manos de Aekold, una espada que le fue concedida por su amo Tzeentch. Como todos los favores concedidos por El Que Transforma Las Cosas, es un arma errática e impredecible. Requiere ambas manos. Proporciona un bonificador de +2 a la fuerza de Aekold. Siempre ataca primero. Ataques flamígeros

"¿Eres un ladrón que se atreve a entrar en mi casa en secreto, sin ser invitado? ¿O eres un asesino, enviado por los señores de la Torre Blanca para verme muerto?
Es triste para ti que yo no pueda morir. Ven aquí, déjame mostrarte. Ni siquiera Windblade me puede morder tan profundamente como para hacerme expirar.
Tú, en cambio, no tendrás tanta suerte. Ven, Windblade, vamos a enseñar a este cachorro una lección.
"
Aekold Helbrass, a un intruso de corta vida

6 comentarios:

  1. Una pregunta ¿cual es la fuente de la segunda parte de la historia de Helbrass? ¿Esa de que sea un elfo? En otras fuentes dice que fue un caballero del Imperio

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    1. Es del Warhammer Online. La única fuente que lo cita como humano es el Liber Chaotica Tzeentch, en un relato que es una copia descarada del relato de Gotthard, caballero imperial, que aparece en el Paladines del Caos (ya lo comento en el segundo párrafo).

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  2. Quitando a un lado el nefasto ejemplo de vagancia de GW, me parece más atractiva la idea de que sea un Elfo a que sea un Imperial. Es que joder, alguien del Imperio que se vuelve al Caos, ya hay cientos de ejemplos de este tipo (Archaon, Egrimm van Horstmann, Feytor el Corrompido, Festus, Arek Corazón de Demonio, etc....)

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    Respuestas
    1. Pues sí, a veces parece que la humanidad es la única especie del mundo de Warhammer que se corrompe...

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    2. Ni siquiera la humanidad, visto lo visto, parece que solo el Imperio se corrompe.

      Ciertemente, GW se ha vuelto demasiado "Imperiocentrista" ¿Los Waaagh más importantes de los Orcos? Todos contra el Imperio. ¿Los Condes Vampiros? solo los Von Carstein, los vampiros exclusivos del Imperio. ¿Las Invasiones del Caos? solo el Imperio puede detenerlas y si cae el Imperio, todo el mundo se va a la mierda (Bretonia? ¿que es eso?) ¿Las acciones de los skavens contar los habitantes de la superficie? excluyendo Enanos, las mas importantes son contra el Imperio,....

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    3. El Imperio siempre ha tenido ese aire protagonista, pero es cierto que se ha acentuado en los últimos años..

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