jueves, 14 de febrero de 2013

Grom en el Imperio (relato clásico, 1)




Muchos de los señores de la guerra cuyas bélicas campañas han sacudido al mundo y han amenazado con la destrucción de los reinos humanos han sido Orcos en lugar de Goblins. Los orcos son más grandes que los goblin, más peligrosos y brutalmente más ambiciosos. Grom era la excepción de la norma, un goblin que no solamente era tan ambicioso y peligroso como el mejor de los orcos, sino que también era más grande aún. No es que Grom fuese especialmente alto, y de hecho no lo era más que un orco, pero era enormemente gordo. De hecho lo era tanto que se le llegó a conocer como el Panzudo de las Montañas Nubladas, o simplemente Grom el Panzudo.

 Si se creen todas las historias acerca de cuán voluminoso era Grom es debido la famosa apuesta que hizo en la que se comió rabiosamente un Troll. Aparte de ser enormemente pesada, la carne de  troll posee la curiosa habilidad de regenerarse a sí misma bastante rápido. Si un troll sufre una herida su carne cicatriza casi instantáneamente. Esta peculiaridad, unida a su testaruda estupidez y a sus músculos de hierro hace que los trolls sean muy difíciles de combatir. Esto hace también que la carne de troll sea imposible de comer salvo que sea cocinada muy a fondo.

Decidido a devorar ese desafío, Grom se comió una enorme fuente de filetes de troll crudos sólo para descubrir que la carne de troll se regeneraba en el interior de su estómago. Mientras la mantecosa masa de carne se deslizaba por el gaznate, el sistema digestivo del goblin tuvo que hacer un esfuerzo descomunal para contener la masa cruda de carne de troll. Grom estuvo durante días gimiendo y eructando, como si las capacidades regeneradoras del troll fuesen más fuertes que las capacidades digestivas del goblin y fue entonces cuando su estómago comenzó a hincharse.  Eventualmente se llegó a un equilibrio, y Grom llegó a ser capaz de digerir la carne tan rápidamente como ésta se regeneraba.

Tras semanas de febriles indigestiones y una flatulencia casi terminal, Grom emergió triunfante. También estaba un poco más gordo. Apenas comía nada y seguía aumentando de tamaño gracias a la presencia de la carne de troll. También sufrió brotes de flatulencia explosiva durante el resto de su vida.

La tribu de Grom era el Hacha Rota, una tribu goblin que vivía al final de la zona este del Paso del Perro Loco. La tribu ocupaba una de las incontables fortificaciones derruidas del rocoso paso sembrado de túneles. Grom se embarcó en el concurso gastronómico durante algún tiempo sobre el año dos mil cuatrocientos según cómputo Imperial. El efecto fue alarmante y ampliamente visible. El tamaño de los orcos y los goblins significa poder y de hecho, a cualquier juicio Grom debía ser enormemente poderoso. En apenas diez años había conquistado todas las tribus que había asentadas a lo largo del Paso del Perro Loco y había subyugado a las tribus de Goblins Nocturnos que vivían alrededor y bajo la Montaña del Trueno.  Era el comienzo del ¡Waaagh! De Grom y el nacimiento de una leyenda entre los Orcos.



Durante unos años la tribu del Hacha Rota vagabundeaba al oeste y al norte, conquistando las tribus orcas y goblins situadas al sur de las Montañas del Fin del Mundo y las Tierras Baldías. En algún tiempo al año 2410 Grom lideró su horda a través del Paso del Fuego Negro y los dirigió al norte, hacia las fortificadas altas tierras de los enanos. Destruyeron varias fortificaciones enanas y saquearon a su paso las tumbas de los ancestros enanos, avanzaban sin oposición alguna mientras los enanos reunían sus ejércitos.

En la Batalla del Portón de Hierro, el punto de entrada a uno de los túneles de acceso a Karak Varn, el rey de los enanos y su ejército se enfrentaron a la horda de Grom , liderada por el propio Grom en persona. Tras una larga y dura batalla ambos bandos habían sufrido tantas bajas que se negaban a abandonar el combate sin que hubiese un vencedor claro.  En esos momentos la batalla se declinaba en favor de Grom, que podía permitirse el perder una inmensidad de tropas sin que menguara la fuerza del ataque de su horda. Para los enanos esto era un desastre. Muchos de los mejores hombres del rey yacían muertos en el suelo y se había perdido toda esperanza de expulsar semejante la horda.  Desesperados, los enanos enviaron mensajeros al Imperio pidiendo ayuda.

Desafortunadamente para los enanos y para el Imperio, el emperador de la época era Dieter IV, el conde elector de Stirland. Tal vez el individuo más incompetente e interesado de todos cuantos se hayan sentado en el trono Imperial. Durante años Dieter había desviado recursos del ejército hacia su propio bolsillo. No se había gastado nada en convertir la ciudad de Nuln en una esplenda metrópolis con fuentes de mármol, estatuas doradas y floridos jardines. Dieter había arrasado con la mitad de la ciudad para construir su Palacio dorado rodeado de templos y jardines públicos.

Cuando los mensajeros del rey de los enanos llegaron a Dieter, el emperador reaccionó inmediatamente; no lo hizo enviando ayuda (el ejército estaba tan hambriento que no había ayuda que enviar), sino trasladando toda su corte hacia el oeste a Altdorf con la intención de alejarse lo máximo posible de la amenaza de la horda de Grom. Disgustado, el mensajero regresó hacia Karaz-a-Karak, donde el rey recibió la respuesta del Emperador con el típico estoicismo de los enanos. Incapaz de contener la ambición del señor de la guerra goblin, los enanos decidieron cerrar sus férreas puertas y defender la fortaleza desde dentro. Durante los siguientes años la horda hizo estragos por las montañas, profanando santuarios, saqueando tumbas y atracando a los viajeros, pero Grom era incapaz de tomar la fortaleza ni de obligarlos a salir.

(mañana concluye)

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