domingo, 15 de enero de 2012

Bestiario del Viejo Mundo: Minotauros (1)

VISIÓN COMÚN

"¿Te gustaría oír la historia del día que lord Sigmar salvó mi vida? Fue hace muchos años, cuando era sólo un niño. Entonces era mucho más aventurero, propenso a meterme en toda clase de líos. Mi madre estaba siempre detrás de mí para evitar que me perdiera en el bosque, diciéndome que toda clase de monstruos terribles moraban allí. No tenía miedo porque los Caballeros Pantera tenían una pequeña fortaleza cerca de donde vivíamos, y no pensé que ninguna de las bestias fuera lo bastante estúpida como para acercarse a ellos. Como dije, era muy joven. Mis exploraciones se habían hecho más y más osadas, mientras iba cada vez más lejos dentro de los límites del bosque. Los bosques pueden ser lugares oscuros, y los bosques antiguos demasiado grandes pueden estar casi desprovistos de luz a mediodía. Resultó que un día fui demasiado lejos y me perdí, incapaz de encontrar el camino de vuelta con tan poca luz. Vagabundeé durante horas, cada vez con más miedo, hasta que di con un sendero empedrado. Al menos, pensé que eran rocas. Tras un tiempo llegué a un claro con luz, donde descubrí que el camino en el que estaba en realidad estaba cubierto de fragmentos de hueso. Ante mí se alzaba una enorme roca negra, cubierta de runas que herían mis ojos cuando las miraba. Alrededor de la base de la roca había pilas de armas y armaduras oxidadas. Empecé a huir, pero el crujido sordo de una pesada pezuña cayendo sobre el hueso me detuvo. Me giré y miré más y más arriba a la cabeza de un toro que se alzaba ante mí. Un minotauro, porque eso era, me miraba con ojos oscuros que no mostraban emoción alguna que yo pudiera discernir. Su cuerpo estaba tan musculado como el de un caballo de guerra. Estaba cubierto de tatuajes y cicatrices. En una mano llevaba un hacha con una hoja tan larga como mi altura. Bufó una vez y el aire casi me derribó. Su gran brazo se alzó e hice lo mejor que pude para prepararme para la muerte. Cuando no cayó ningún golpe abrí lentamente los ojos. El minotauro estaba apuntando a un arco en los árboles que no había visto. Entonces habló, su voz tan profunda como un pozo y extrañamente melódica: 'Por ese camino, joven. Vuelve cuando tengas más carne en los huesos. Serás un mejor desafío o una mejor cena.' Huí sin mirar atrás, y seguro que fue la gracia de Sigmar lo que me salvó."
JONÁS, JUGLAR ERRANTE

"Es cierto que son bestias del infierno, pero siempre tendrás la ventaja contra ellos si conservas tu ingenio. Si son rápidos con el hacha, también son lentos de pensamiento, y se les engaña con facilidad. Puedes usar su gran sed de sangre contra ellos atrayéndolos hacia trampas y emboscadas. Pero ten cuidado. Por cada diez minotauros a los que te enfrentes, encontrarás a uno que es diferente a resto, uno muy favorecido por os Poderes Ruinosos. Esos podría tener poderes temibles o misteriosos a su disposición, contra los que tendrás que combatir. Pero no desesperes. Al final, corrompidos por el Caos o no, siguen siendo sólo bestias."
RUPRECHT TORE, CAZADOR DE BRUJAS

"El minotauro rugió mientras cargaba contra el centro de nuestro regimiento, sin preocuparse por las lanzas que habíamos preparado para tal suceso. Pasó a través de ellas, sin tener en cuenta las puntas que rasgaron su carne, tan ansioso que estaba de enfrentarse a nosotros. Con un solo movimiento de una de sus dos hachas cortó a mi amigo Eli desde el hombro hasta la pelvis, y luego arrancó la cabeza de Alric con su otra hoja. Le cortamos los tendones y siguió luchando de todas formas, jurando en su lengua oscura hasta que Morlen le clavó dos virotes en el morrillo. Sólo entonces cayó, desplomándose con fuerza contra el suelo. En menos de un minuto, un solo minotauro había matado a tres hombres y herido a cuatro más allá de la recuperación."
STEMAHR HOLST, SOLDADO DEL IMPERIO

1 comentario:

  1. Como siempre excelente. Estas pequeñas lecturas siempre son un placer.

    Un saludo.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...