martes, 8 de marzo de 2011

Trasfondo de Warzone y Mutant Chronicles (6: La Derrota de la Legión oscura)

Sexta parte de la historia de Mutant Chronicles/Warzone

LA DERROTA DE LA LEGIÓN OSCURA
El Cardenal Durand dirigió su ejército contra el corazón del enemigo, hacia la mismísima Ciudadela de Algeroth. Nada más desembarcar, fueron asaltados por una marea inagotable de legionarios no muertos armados con siniestros fusiles Kratach. Se abrieron paso hasta el portón mismo de la Ciudadela gracias al poder del Arte y a la pericia de los mejores soldados corporativos.


Al entrar en la inmunda fortaleza se encontraron con los sirvientes favorecidos de Algeroth, monstruos de otra dimensión horriblemente retorcidos y recubiertos de los dones necrotecnológicos de su señor: monstruosos Razidas de piel de piedra, gigantescos Ezogules, acorazados Cazadores pretorianos y miles de otras criaturas aberrantes. Sufrieron cuantiosas bajas, pero acabaron con todo lo que Algeroth mandó contra ellos. Y se internaron más en la Ciudadela.


Cuando llegaron al corrupto corazón de la fortaleza se encontraron cara a cara con Algeroth y sus Nefaritas, demonios de terrible poder. Los guerreros de la humanidad, con sus armas y el místico Arte de la Hermandad, se enfrentaron contra blasfemias alienígenas equipadas con necrotecnología que blandían el poder de la Simetría Oscura. En medio de la refriega, el Cardenal se enfrentó al Apostol de la Guerra.


El duelo entre ambos fue épico, y duró un día y una noche. La espada sagrada del Cardenal chocaba contra la armadura necrotecnológica, mientras las oleadas de Simetría Oscura eran desviadas por el poder del Arte. Finalmente, Durand se impuso, y Algeroth huyó por el interior de la Ciudadela. Durand lo persiguió, y finalmente le dio alcance. Allí golpeó a la abominación con su espada, pero Algeroth logró hacerle una herida mortal antes de desvanecerse dentro del Alma Oscura.


Así el Cardenal cayó en su momento de mayor triunfo. Lo encontraron poco después sus Guardias de Élite Furia, y Durand utilizó su último aliento para nombrar sucesor a Alexander Thot, uno de sus discípulos. Se llevaron su cuerpo para enterrarlo en Luna.


Tras la derrota de Algeroth, cambió el signo de la guerra. Los ejércitos corporativos, apoyados por los místicos de la Hermandad, arrasaron una Ciudadela tras otra. La Hermandad creó la Inquisición para eliminar la corrupción de la Legión Oscura que había arraigado en la sociedad humana. Y, finalmente, la Legión Oscura se retiró, tan misteriosamente como había llegado. Pero en Marte y en sus dos lunas aparecieron unos símbolos gigantescos, sólo visibles desde el espacio: Marte quedó grabado con el símbolo de Algeroth, y Deimos y Fobos con los símbolos de Semai y Muhawije. Un recordatorio de que la Legión Oscura había estado allí...

El Sistema Solar cambió completamente. La luna dejó de ser propiedad de Capitol para convertirse en un satélite independiente, que alberga la mayor ciudad del Sistema Solar, Luna, con casi 1000 millones de habitantes. Fue aquí donde la Hermandad construyó su sede, la Primera catedral, y desde donde la Hermandad se convirtió en el bastión espiritual de la humanidad y en una fuerza política a tener en cuenta a nivel de todo el Sistema Solar. Se fundó el Cártel, para que las Megacorporaciones resolviesen sus disputas, y el nuevo Cardenal Thot anunció sus tres edictos:


-Ningún hombre intentará crear una máquina que piense como un hombre.


-Ningún hombre viajará más allá de la órbita de Jupiter, para evitar volver a llamar la atención de la Oscuridad.


-Ningún hombre intentará estudiar la Oscuridad.


Así comenzó una nueva era dorada, dirigida por el resplandor de la Hermandad, en la que las Corporaciones estaban en paz entre ellas. Pero la paz no dura eternamente...

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